Nota desde la Marina Riviere

Llegué a la marina Riviere al mediodía, estuve dando vueltas afuera, porque del lado del mar, no se ve la entrada, hasta que vi una lancha roja que iba entrando directo hacia la costa y desaparecía detrás de unas piedras ( escollera), ahí fui….la entrada es muy pequeña y casi no se ve hasta estar encima, como tenía puesto el Raimarine, no estaba encendido el instrumental, por lo que no tenia la profundidad. Con el viento de frente me acerqué a una marina de cemento que vendía combustible, y como no había nadie me puse a la par y me dejé caer con el viento, previo poner defensas, salté a tierra con el cabo de popa y lo amarré a una bita, corrí a la proa pero la corriente ya había separado ésta de la marina, subí de nuevo por la popa y con el motor y el timón acerque de nuevo la proa, hasta que vino corriendo un señor de traje, que vió la maniobra, y a pesar de que no tenia la menor idea, me ayudo con riesgo de caerse al agua, porque sostuvo el barco él, sin saber que tenía que pasar el cabo por la bita que tenía a sus pies, bajé y me encontré con el comodoro que también era el jardinero, no habla ingles ,un poquito español, me llevó a la única marina que estaba libre, de un barco que estaba en el varadero, el lugar es muy pequeño, con muchas lanchas de pesca deportiva, me sentí encerrada…no corría viento, y metida entre dos barcos…prefiero estar al borneo en cualquier puerto, es más libre….fui a la oficina pagué….13 euros por un día y noche, y busqué un lugar para comer, el primero lindo, no me pude entender, no comprendía en que idioma hablaban….hasta que me di cuenta de que eran todos sordomudos ! fui al otro muy lindo…donde me convidaron el ponche de la maison….sone….tuve que hacer una siesta en vez de lavar el barco con agua dulce y llenar el tanque lo hice mas tarde, a la noche fui a una linda pizzería que veía desde el barco, conocí una enfermera francesa que estaba comiendo sola, al escucharme hablar en español con la moza cubana, se acerco para conversar, estaba muy deprimida, se había separado de su marido y solo hablaba de su muerte, como pude le dije palabras de aliento, y al final de la comida quiso venir a conocer el barco, agradecida por mis palabras que según ella la habían confortado….solo le dije que la vida era hermosa y que Jesús quería que ella viviera….feliz…..sino ya estaría muerta….

Aurora Canessa

WhatsApp
Enviar